Insondable mar del tiempo
cuyas olas son los años
por las lagrimas salobres
de tristeza y
desengaños
cuyos flujos y reflujos
miden Tololo mortal
cuando placida, traidora
cuando en ira, arrolladora
quien a ti mar insondable
darse puede sin temblar.
Percy B Shelley, versión un tanto libre que aprendí como aprendí a
montar en bici y ya no olvidé)
Koriahn y Travis soñaban navegar la mar Océana y más allá,
al otro lado atracar del horizonte lejano, hay otro continente allá, le dice
ella, mayor, a su hermanito pequeño, se llama Europa, allí está, de donde
nuestro abuelos vinieron.
Quién pudiera navegar!
Es un día de olas bravas golpeando acantilados, el agua
rebota y vuelve a la mar...
La niña se aburre, el mal tiempo es una lata. Pero no deja
de pensar, y se le ocurre...¿y si lanzamos un mensaje al mar? Un mensaje en una
botella, a algún sitio llegará, incluso puede que el viento la lleve al otro
lado del mar.
Se romperá la botella, Travis le dice riendo
Pues en una de plástico la metemos y ya está.
Mamá, vamos a echar un mensaje en una botella al mar!!
La idea le gusta a Mamá, es una aventura emocionante que no
tiene peligro ninguno pero suspenso todo, porque ella ha oído que a veces se
han encontrado botellas con mensajes que han pasado de uno a otro lado, con las
corrientes marinas y eso.
La niña escribe, buena letra, pensando las palabras:
Lo primero, no alarmar:
A quien interese: Esta no es una llamada de auxilio.
(eso es importante aclararlo, ya desde el principio, pues si no, igual
se organiza una operación de rescate y menudo lío luego)
Hoy es 6 de Noviembre de 1988. (importa para que se sepa el tiempo empleado)
Estamos en Harpswell, Maine. (y
el punto de salida)
Estamos disfrutando del violento estruendo de las olas
marinas. (contemos algo de nosotros)
Tenemos una pequeña cabaña en Long Point para cuando
visitamos el Océano.
Me aburría y decidí enviaros un mensaje
De Koriahn Doughty + Travis (hay
que firmar los mensajes)
P.S.: Enviadnos una carta a para que sepamos quién y dónde
recogió nuestro mensaje. Imprescindible, si alguien la encuentra, necesitamos
saberlo.
Van los tres a la costa, la madre escoge un lugar
estratégico donde la botella no sea inmediatamente devuelta a la brava costa o
playas de la zona. Un extremo de una punta de tierra donde el agua choca pero
pasa de largo...
Allá va el mensaje en su nave redonda, allá va el alma de
los niños buscando infantiles almas que tocar. Allá va la aventura, la ilusión,
la alegría innata de una raza inquieta, la humana, buscando saltar horizontes
lejano y abrazar corazones hermanos. Allá va....
Todo comenzó en
un día gris poco antes de comenzar el curso escolar. Cinco amigos , José Ramón,
Marcos ,Ismael, Ángel Jose Ricardo-that s me- nos dirigimos a la playa
de siempre a buscar objetos o esqueletos de animales marinos. Lo solíamos hacer
siempre que en el día anterior a la búsqueda había hecho mal tiempo en la mar.
Porque el mar siempre es una sorpresa!!.
Ramón fantaseaba con encontrar un mensaje en una
botella, así que el siempre prestaba más atención a
las botellas que traía la mar a la playa. Pero claro, había montones!!.
Recuerdo que a mi me gustaba mucho darle patadas a
todo lo que se me cruzaba y fue ahí donde le di fuerte a una botella de Sprite
y le dije a los demás… - Mira, quizás en esa botella vaya un mensaje
(bromeaba)-.
Entonces Ángel y Marcos intentaron abrirla pero era
muy difícil. Creo recordar que uno de ellos siempre llevaba una pequeña navaja
y así fue como conseguimos abrirla. Y vaya SORPRESA!!!!...No lo podíamos
creer!!!. Al no entender mucho la lengua inglesa decidimos entregársela al
profesor, Ángel se haría cargo.
¡Habíamos encontrado un mensaje en una botella ¡Que venía
del otro lado del mar! ¡De Norteamérica! Como en las películas, qué emoción,
qué cosa tan extraordinaria, qué acontecimiento, qué emociones.
No había naufragado en la mar la botella, el mensaje a
destino había llegado. Qué ilusión les haría a Koriahn y Travis saberlo. Qué
ilusión nos hacía que lo supieran, que nosotros teníamos aquí su mensaje. Había
que escribirles, venía una dirección bastante clara. Ángel redactó la carta:
Y allá fue por correo postal, que botarla a la mar sería
absurdo.
Pasó un día y otro día, un mes y otro mes pasó, y de Maine
no volvía ninguna contestación.
26 años pasado habían y aquél viejo profesor en un cajón
escondida aquélla carta encontró.
¿Valía la pena intentarlo ya, todavía, tanto tiempo después?
¿para qué? Si los encontramos ahora, conseguiremos qué.
¡Que Korihan y Travis lo sepan! Seguro que a veces se
acuerdan de aquélla infantil aventura, de aquél sueño marinero, de aquélla
apuesta azarosa. Un viaje no termina si no hay regreso,
aquéllos niños aún se sentirán náufragos en su mensaje embotellado, que no
regresó nunca.
Que los cinco de Esteiro vean cerrado el bucle, vean cumplida su parte
en la historia: comunicar el hallazgo. De nada habrá servido aquél mágico
encuentro, aquél sueño cumplido de Ramón.
(Años después nuestro querido amigo Ramón falleció en un accidente de coche a los 14
años. Sin él (nuestro “capitán”) no hubiéramos vivido con tanta intensidad
nuestra niñez). Y que sepamos por fin nosotros quienes
fueron aquéllos ilusos e ilusionados amigos que lanzaron la botella.
Ahora y gracias a nuestro
profesor Amado, podemos cerrar ese círculo ya que nunca en todos estos años
supimos quienes la habían escrito.
Que
unos y otros contacten, primero los de aquí entre ellos, 27 años
después cada uno tiene su vida lejos de Esteiro, al
cual acudimos siempre que podemos, porque allí tenemos nuestros recuerdos de
niños, nuestras vivencias, nuestro pequeño paraíso.
Y luego, claro, contactar con aquéllos críos que hoy ya
tampoco lo serán. Quiénes serán, qué habrá sido de ellos, cuánto se acordarán
de aquél día. Y ahora estamos todos unidos por este círculo que la distancia y
los años habrá cerrado felizmente.
VALIÓ LA PENA: Había muchos Travis en Internet. Pero el
primero dijo que él ayudaría. Gracias, Travis Fullmer. Él y sus amigos se
pusieron a ello. Al día siguiente encontraron a Koriahn. Enseguida me escribió
un mensaje, esta vez sin botella, vía Facebook. No lo ví. Pero mientras,
Abeijón, otro ex-alumno afincado en N.York, se puso también a ello y también los
encontró. Reaccioné. TENÍA A LOS DOS NIÑOS (no tres, eran dos hermanos).
Se ha cerrado el círculo, la nave ha vuelto a casa de su
viaje por el mar y por el tiempo. De su naufragio.
De su doble naufragio: La carta de Ángel, de Ramón, de los
cinco y de los 300 alumnos del colegio HABÍA LLEGADO A SU DESTINO POR CORREO
POSTAL, Koriahn y Travis sí vieron su aventura lograda, la noticia se extendió
por su pueblo, salió en sus periódicos Y CONTESTARON a sus amigos españoles...
que nunca recibieron esa respuesta. Les faltaba, a ellos, allá, ese bucle por
completar. Tendrian mal la dirección, pensaron también. No lo volvieron a
intentar tampoco.
Ahora han revivido aquélla alegría, ahora los viajeros del
tiempo de uno y otro lado hemos visto cumplida una ilusión, un imposible.
Ahora nos hemos encontrado unos a otros, aquí y allí, y nos
hemos hermanado.
Ahora podemos poner el THE END a esta historia. De este
cuento de Navidad.
VALIÓ LA PENA.
La vida continúa, y los sueños se hacen realidad.
Muchas gracias a Amado Barrera, por dejarnos esta bella historia para contar en nuestro blog.
Muchas gracias a Amado Barrera, por dejarnos esta bella historia para contar en nuestro blog.
2 comentarios:
Bello. Valió la pena, si.
Sin sueños y sin ilusión no habría mar ni olas. Y sin olas ni mar... no habría ilusión.
Bella historia. Abrazo. Grande.
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