Cerca de 400 personas asistieron ayer al acto organizado por el cura de Güemes, Ernesto Bustio, para brindar la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo que le entregaron el pasado mes mayo a todos sus parroquianos. Bustio tenía claro que «la distinción corresponde, por derecho, a una colectividad» y la quiso compartir con todos aquellos que han trabajo junto a él a lo largo de su trayectoria. «Vosotros sois los verdaderos acreedores de este galardón fruto del trabajo generoso y solidario», señaló.
El cura no pudo ocultar su satisfacción por la respuesta masiva de la gente que se desplazó hasta Güemes para compartir una jornada festiva en la que reinó el buen ambiente y la alegría entre todos los asistentes.
Los actos comenzaron con una misa especial en la parroquia de Güemes en la que Bustio hizo referencia a la amistad y la solidaridad y en la que intervinieron el delegado del Gobierno, Agustín Ibáñez, y la alcaldesa de Santoña, Puerto Gallego, que dedicaron unas palabras al trabajo del sacerdote. Seguidamente, todos los asistentes se dirigieron a la campa del albergue de peregrinos, lugar en el que se celebró una comida de hermandad cuyo plato principal fue la paella.
Por la tarde, en el mismo lugar, tuvo lugar un encuentro solidario en el que se recordaron las vivencias compartidas y los testimonios de las personas que han trabajo al lado del párroco en los lugares que ha recorrido: Tresviso, Somahoz, el barrio de San Francisco (Santander) y Güemes, todo ello amenizado con una posterior fiesta con música incluida.
El cura no pudo ocultar su satisfacción por la respuesta masiva de la gente que se desplazó hasta Güemes para compartir una jornada festiva en la que reinó el buen ambiente y la alegría entre todos los asistentes.
Los actos comenzaron con una misa especial en la parroquia de Güemes en la que Bustio hizo referencia a la amistad y la solidaridad y en la que intervinieron el delegado del Gobierno, Agustín Ibáñez, y la alcaldesa de Santoña, Puerto Gallego, que dedicaron unas palabras al trabajo del sacerdote. Seguidamente, todos los asistentes se dirigieron a la campa del albergue de peregrinos, lugar en el que se celebró una comida de hermandad cuyo plato principal fue la paella.
Por la tarde, en el mismo lugar, tuvo lugar un encuentro solidario en el que se recordaron las vivencias compartidas y los testimonios de las personas que han trabajo al lado del párroco en los lugares que ha recorrido: Tresviso, Somahoz, el barrio de San Francisco (Santander) y Güemes, todo ello amenizado con una posterior fiesta con música incluida.
La Asociación NÁUFRAGOS DE LA MAR, tuvo una representacion en nombre de todos sus socios.
Todos nos sentimos orgullosos de contar en nuestra asociación con Ernesto como nuestro capellán, todos le queremos y le respetamos y todos creemos que en él supieron escoger al hombre indicado, en su trayectoria de entrega a los demás pero nunca sólo, sabe como pocos enganchar a quien le rodea, y avanzar en el camino de la solidaridad, en esa actitud de compartir y escuchar a los demás.
1 comentario:
¡Qué entrañable me parece este capellán! Y qué detalle de generosidad compartir el agradecimiento mutuo.
Un abrazo.
Publicar un comentario